Nelson Batista: Rutas y Guaguas
Al final del pasado siglo XX se nuclearon individualidades que por andar regularmente juntos; exponer agrupado; participar en los mismos concursos de arte y ser jóvenes que egresaban de la misma escuela de Bellas Artes, fueron llamados “Los Junior”. Nelson Batista se asocia a este grupo espontáneo o informal. Nacido en La Vega (1974), creció en Santiago de los Caballeros, donde se forma como pintor en la citada escuela, asumiendo diversos talleres (grabado y videoarte, entre ellos) y exponiendo con frecuencia en colectivas e individualmente.
La oratoria secuencial de Batista, “De lo celestial y lo sublime”, I y II, dan cuenta de un oficiante que maneja la academia con fresco rigor, resultando un imaginero de nueva propuesta, al parafrasear el tema sacro con singular conjugación de Santos y Vírgenes, o acentuando lo divino y sobrenatural con el tema de la niñez callejera, empobrecida y marginada. En este último asunto ha buscado las escenas infantiles en barrios, callejones, parques y vías centrales. Si en algún caso el enfoque retrata al inválido muchacho de la limosna, y lo contextualiza con el Ángel de la Guarda, en más de un tratamiento los infantes responden a la canción que expresa: “pintor que pintas iglesias, píntame angelitos negros”. Y morenos nimbados son estos negritos de alas blancas, por demás transfigurados en la inocencia que inunda el tratamiento dorado, iluminista y de grafía disuelta en los contornos corporales de la entretención, el juego y la sorpresa captada.
Con sus primeros discursos que incluyen manojos de extrañas rosas fosforecentes, Nelson Batista parecía asentarse como un pintor neosimbolista contemporáneo y de entre siglos, puesto que su joven camino transita del XX al XXI, registrando en este último sus discursos de particular mirada que, sobre todo, documentan situaciones urbanas. Los ángeles infantiles es una sectorización temática de la captación suya que posteriormente es vehicular en cuando ofrece las vivencias externas e internas del transporte colectivo o de las guaguas, conjugándolas a la par con otras monturas en un paisaje de agrápolis, de calles y caminos de un cementerio artefáctico, de coches a caballo, de corredores, de motocicletas, de paradas de autobuses, de patrullajes y de terminales contrastadas por el absurdo abandono y el humor de un burro patinador. Los usuarios están presentes en diversas situaciones de algarabía, contemplación y tránsito.
Nelson Batista se convierte en un apologista de lo urbano y sus rutas al calar con visualidades la transportación vehicular, sobretodo la masiva, popular y tercermundista. El transfiere confabulado el anonimato colectivo, bien como pasajero, bien como transeúnte, y sobretodo como narrador de diversas situaciones escénicas, fabuladas, móviles, paradójicas… Su escritura de un realismo sensorial que supera el congelamiento fotográfico, pictóricamente tratado, la redacta en formatos diversos, imponiéndose las grandes telas que superan su estatura personal. En algunos casos es un tríptico horizontal que compagina como en una pantalla cinematográfica, diversas escenas y lo cual se constata en la obra “Desde la OMSA, escena 2, 3 y 4” (Mixta, Tela, 2007) que fue selección de la 24 Bienal Nacional de Artes Visuales, y fue discutida para premio por el jurado de los galardones. En otros casos el lienzo resuelve una composición a espacio casi completo, como el minibús que se mueve portando una motocicleta amarrada y que además de presentar un “Regalo de Reyes”(Título de la obra) le permitió al autor obtener el primer premio del Concurso Internacional de Pintura Casa de Teatro, del 2008. En una edición anterior del certamen, correspondiente al 2006, él había obtenido el segundo lugar por el cuadro “Desde la OMSA. Escena 1”, una composición pictórica tratada desde asientos traseros y de singular perspectivismo interior bien resuelto.
Pintor contemporáneo, emergente, joven, reconocido y seguro, Nelson Batista traza una ruta, que es discurso y estación del camino que retorna a Casa del Teatro: la estancia donde multiplica los asuntos después de algunos legajos en soliloquio como las obras premiadas. Multiplicando los asuntos de un presente real y objetivado, su lírica del “ser social” en sus diferentes acometidas, facetas, e interacciones deviene comprometida y elocuente. Basta mirar el interior de una OMSA, donde el teléfono celular y los gráfitos son tan representativos del tiempo actual como la chica que muestra zonas desnudas de su cuerpo. Basta contemplar los chivos degustantes y ajenos a la “voladora nakivata”, rojiza y repleta de pasajeros moviéndose en un contexto urbano. Basta detenerse en la escena “Señorita Ley” donde la policía de AMET apropia motores y penaliza a los propietarios, regularmente trabajadores de la capa más baja de la sociedad. Estas obras como el conjunto no es simple “ruta” narrativa por sus connotaciones que son muchas, documentales y de singularismo en grande.
Al final del pasado siglo XX se nuclearon individualidades que por andar regularmente juntos; exponer agrupado; participar en los mismos concursos de arte y ser jóvenes que egresaban de la misma escuela de Bellas Artes, fueron llamados “Los Junior”. Nelson Batista se asocia a este grupo espontáneo o informal. Nacido en La Vega (1974), creció en Santiago de los Caballeros, donde se forma como pintor en la citada escuela, asumiendo diversos talleres (grabado y videoarte, entre ellos) y exponiendo con frecuencia en colectivas e individualmente.
La oratoria secuencial de Batista, “De lo celestial y lo sublime”, I y II, dan cuenta de un oficiante que maneja la academia con fresco rigor, resultando un imaginero de nueva propuesta, al parafrasear el tema sacro con singular conjugación de Santos y Vírgenes, o acentuando lo divino y sobrenatural con el tema de la niñez callejera, empobrecida y marginada. En este último asunto ha buscado las escenas infantiles en barrios, callejones, parques y vías centrales. Si en algún caso el enfoque retrata al inválido muchacho de la limosna, y lo contextualiza con el Ángel de la Guarda, en más de un tratamiento los infantes responden a la canción que expresa: “pintor que pintas iglesias, píntame angelitos negros”. Y morenos nimbados son estos negritos de alas blancas, por demás transfigurados en la inocencia que inunda el tratamiento dorado, iluminista y de grafía disuelta en los contornos corporales de la entretención, el juego y la sorpresa captada.
Con sus primeros discursos que incluyen manojos de extrañas rosas fosforecentes, Nelson Batista parecía asentarse como un pintor neosimbolista contemporáneo y de entre siglos, puesto que su joven camino transita del XX al XXI, registrando en este último sus discursos de particular mirada que, sobre todo, documentan situaciones urbanas. Los ángeles infantiles es una sectorización temática de la captación suya que posteriormente es vehicular en cuando ofrece las vivencias externas e internas del transporte colectivo o de las guaguas, conjugándolas a la par con otras monturas en un paisaje de agrápolis, de calles y caminos de un cementerio artefáctico, de coches a caballo, de corredores, de motocicletas, de paradas de autobuses, de patrullajes y de terminales contrastadas por el absurdo abandono y el humor de un burro patinador. Los usuarios están presentes en diversas situaciones de algarabía, contemplación y tránsito.
Nelson Batista se convierte en un apologista de lo urbano y sus rutas al calar con visualidades la transportación vehicular, sobretodo la masiva, popular y tercermundista. El transfiere confabulado el anonimato colectivo, bien como pasajero, bien como transeúnte, y sobretodo como narrador de diversas situaciones escénicas, fabuladas, móviles, paradójicas… Su escritura de un realismo sensorial que supera el congelamiento fotográfico, pictóricamente tratado, la redacta en formatos diversos, imponiéndose las grandes telas que superan su estatura personal. En algunos casos es un tríptico horizontal que compagina como en una pantalla cinematográfica, diversas escenas y lo cual se constata en la obra “Desde la OMSA, escena 2, 3 y 4” (Mixta, Tela, 2007) que fue selección de la 24 Bienal Nacional de Artes Visuales, y fue discutida para premio por el jurado de los galardones. En otros casos el lienzo resuelve una composición a espacio casi completo, como el minibús que se mueve portando una motocicleta amarrada y que además de presentar un “Regalo de Reyes”(Título de la obra) le permitió al autor obtener el primer premio del Concurso Internacional de Pintura Casa de Teatro, del 2008. En una edición anterior del certamen, correspondiente al 2006, él había obtenido el segundo lugar por el cuadro “Desde la OMSA. Escena 1”, una composición pictórica tratada desde asientos traseros y de singular perspectivismo interior bien resuelto.
Pintor contemporáneo, emergente, joven, reconocido y seguro, Nelson Batista traza una ruta, que es discurso y estación del camino que retorna a Casa del Teatro: la estancia donde multiplica los asuntos después de algunos legajos en soliloquio como las obras premiadas. Multiplicando los asuntos de un presente real y objetivado, su lírica del “ser social” en sus diferentes acometidas, facetas, e interacciones deviene comprometida y elocuente. Basta mirar el interior de una OMSA, donde el teléfono celular y los gráfitos son tan representativos del tiempo actual como la chica que muestra zonas desnudas de su cuerpo. Basta contemplar los chivos degustantes y ajenos a la “voladora nakivata”, rojiza y repleta de pasajeros moviéndose en un contexto urbano. Basta detenerse en la escena “Señorita Ley” donde la policía de AMET apropia motores y penaliza a los propietarios, regularmente trabajadores de la capa más baja de la sociedad. Estas obras como el conjunto no es simple “ruta” narrativa por sus connotaciones que son muchas, documentales y de singularismo en grande.
1 comentarios:
ESTUVE EN LA EXPOSICION DE NELSON BATISTA Y REALMENTE ES UN ARTISTA EN FRANCA EVOLUCION DE SU DISCURSO. SUS TRABAJOS NOS LLEGAN AL ALMA POR LA MANERA FRANCA Y REAL DE TRADUCIR ASUNTOS TAN PECULIARES DE LA REALIDAD DOMINICANA. EL TEXTO DE DANILO DE LOS SANTOS NOS SITUA AL ARTISTA Y SU OBRA DE MANERA ESTUPENDA. FELICITACIONES. MG
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